Elul 9: Dos Historias – Jack Riemer

En el día de su creación, Adán y Eva pecaron y fueron expulsados del Jardín. Al ponerse el sol  el mundo se oscureció y dijeron: “A causa de nuestro pecado, el mundo se acaba.”

Ellos permanecieron toda la noche orando a Dios. Cuando salió el sol al amanecer, aliviados dijeron: “Hay un camino que el sol siempre sigue. Se pone en el oeste y sale nuevamente en el este. Tal vez lo hará todos los días durante el tiempo que vivamos “.

Adán ofreció un sacrificio a Dios en gratitud por el don de la luz. Antes de morir dio instrucciones a su hijo Set de dar gracias a Dios cada día por el don de la luz del nuevo día. Cuando Set murió le dio las mismas instrucciones a sus hijos, y éstos a los suyos. Es por eso que recitamos una bendición agradeciendo a Dios por el don de la luz del día en nuestras oraciones por la mañana.

Una segunda historia …

Cuando Dios terminó de crear el mundo, tenía que encontrar un lugar para esconder la luz primigenia que estaba destinada para los justos. Dios sabía que había un solo lugar en el cual los seres humanos nunca la buscarían. Decidió esconderla dentro de cada ser humano.

Dos historias: una sobre la luz que apareció al principio del mundo, y otra sobre la luz que está reservada para los justos para ser disfrutada al final del mundo.

Apreciemos la luz en nuestras vidas y démos gracias a Dios por ella todos los días, especialmente al comienzo de cada año, ya que es cuando el sol y la luna completan su ciclo anual y empiezan todo de nuevo.

Y cuando nosotros lo hacemos también.


El rabino Jack Riemer es el presidente fundador de la Red Nacional Rabínica,y entre sus colegas se le conoce como el “rabino de los rabinos”.