Elul 17: Vé y que Estés Bien – Sally Quinn

Bienvenido. Qué hermosa palabra. Bienvenido a mi hogar. Mi hogar es un lugar sagrado para mí. Los invitados no pueden hacer nada malo en mi casa. Mi mesa es un lugar sagrado. Nada me complace más que pararme en la puerta de entrada y recibir a los invitados, que llegan con sonrisas en sus rostros esperando pasarla bien.

Bienvenida: “la persona cuyo arribo provoca placer”, dice el diccionario. Ven y estate bien.

Intento no invitar nunca a mi casa a gente cuya llegada no me de placer. Siempre deseo ser honesta cuando digo la palabra “bienvenido”.

Soy de Savannah, Georgia, como lo era mi madre. Realmente hay algo de cierto en la idea de la “hospitalidad sureña”. Mis padres me enseñaron desde niña que invitar es en realidad un acto de generosidad. Recibir gente en tu casa -ya sea para una taza de café o para una gran fiesta- es como darle a cada uno un regalo.

Para mí, invitar siempre ha tenido que ver con seguir la Regla de Oro. Trata a tus invitados como te gustaría ser tratado. Quiero que cada invitado que es recibido en mi casa se sienta como el huésped de honor. Quiero que la gente se vaya mejor, elevada, estimada; nunca disminuida.

¿Qué mejor manera de dar la bienvenida a un invitado que ver a cada persona como alguien que trae algo para la fiesta? Cuando planifico una noche, grande o pequeña, la veo como un edredón hecho de retazos en el que cada invitado tiene un lugar especial en el diseño.

Lo más lindo que la gente puede decirme al dejar mi casa es que se sintió como si la noche se hubiera pasado volando. ¿Qué mejor recompensa puede tener cualquiera que ha recibido a alguien que saber que él o ella se sintió de esa manera al partir?

Con frecuencia he sentido que debería existir una palabra para aquellos que se van.  Adiós (goodbye) es linda. Es una versión abreviada de “Dios esté contigo” lo cual es un maravilloso sentimiento. Pero me gustaría proponer una nueva palabra para aquellos que parten. “Buen ir” (wellgo). Vé y que estés bien.


Sally Quinn es fundadora y editora en jefe de “On Faith” para el  Washington Post. washingtonpost.com/onfaith