Busco la luz mediante la búsqueda de la ligereza. Gran parte de la vida puede ser cargada, inquietante. Hay una disciplina en la búsqueda de optimismo por lo menos en un momento todos los días. He tenido que aprender la ligereza, cómo encontrar el significado, la levedad, incluso la exuberancia, en darme cuenta de los más simples segundos. Hay trabajo en esto: descubrir cómo los más pequeños placeres pueden elevar y brillar:
· Un amigo en un porche.
· Mi familia de cuatro personas leyendo juntos en la misma habitación.
· Diligencias con mi hija.
· Central Park en una moto con mi hijo.
· Vino con mi marido en una fecha poco común.
· La revisión completa de libros del domingo.
· Una línea de la Torá, debatida con gente inteligente.
· Yoga para Pandora.
· Días de lluvia cuando estoy en el plazo establecido.
· Días soleados, cuando no lo estoy.
· Un trineo rápido, aunque me veo estúpida gritando.
· Un juego de tenis, aunque me hable a mi misma en dobles faltas.
· Mi hija cargando el desayuno a las 6 de la mañana para las personas sin hogar en la sinagoga.
· Las buenas noches de mi hijo.
· Las bromas de mi hermano.
· Ver a mis padres con mis hijos.
· Ver a mis hijos con los hijos de mi hermana gemela.
· Donas jugosas calientes sin culpa.
La lista es melosa, pero cierta. (Admitámoslo: hay algo de verdad en la melaza).Tal vez no sea revelador saber que hay dulzura en minucias, pero yo creo que la revelación está en la dificultad: de darse cuenta de los más pequeños placeres, y descubrir que son suficientes.
Abigail Pogrebin es el autor de Las Estrellas de David: Judios prominentes conversan sobre el ser judío. www.abigailpogrebin.com
