Aunque podríamos pensar que siempre queremos buscar la luz, lo cierto es que a veces necesitamos un descanso. Esto lo aprendí visitando Islandia en junio, cuando el sol apenas se pone durante tres horas al día. Si bien fue genial tener un día más prolongado, ya que disfrutamos de la luz del día en la playa a las 11 de la noche- no siempre fue lo ideal. El sol era tan brillante a las tres de la mañana que teníamos que usar máscaras para los ojos en la noche para conciliar el sueño.
Por otro lado cuando llega el invierno en Islandia, la población vive en la oscuridad salvo unas pocas horas durante el día. Si bien esto puede ser muy deprimente, la oscuridad tiene su propia belleza. En el momento más oscuro del año se puede ver las magníficas Luces del Norte pintando un arco iris de color en el cielo nocturno. Las Luces del Norte son invisibles durante los meses de verano.
Día y noche, la oscuridad y la luz son igualmente importantes partes del ciclo de nuestras vidas. Sin luz podríamos sumirnos en desesperación. Sin la oscuridad, nuestros cuerpos no tendrían respiro para reponerse a si mismos.
Yo busco a Dios en la oscuridad, así como en la luz. Cuando los tiempos son oscuros oro para que Dios está a mi lado, guiando mis pasos, me sostenga cerca, me asegure que así como el día sigue a la noche, la oscuridad llegue a su fin. Cuando los tiempos son luminosos, recuerdo de estar agradecida y llevar compasión a aquellos que viven en la sombra.
Creo que Cole Porter lo dijo mejor: Noche y día, tú eres el.Uno.
Barbara Rosman Penzner es una rabino Hillel servir en el templo reconstruccionista Hillel B’nai Torá en Boston, día y noche. www.templehbt.org
