Somos personas que retornamos. Cada año regresamos al comienzo de la Torá y (re)ciclamos nuestro calendario, y cada semana el Shabat retorna a nosotros.
Hay lugares a los que cada uno de nosotros retorna. Como pueblo dejamos la tierra de Israel, nos embarcamos en un largo y desafiante viaje y luego retornamos como un pueblo diferente.
Estoy pensando en las personas y los lugares que me llaman a retornar.
Cuando tenía 16 años me enamoré de Israel en un viaje de verano y desde entonces me he sentido llamado a regresar. Ahora mismo estoy escribiendo este texto desde Israel. Es el lugar en el que me siento más vivo, más conectado y más apremiado a pensar y a actuar sobre la responsabilidad que a todos nos cabe de hacer una diferencia en el mundo. Aquí le pedí a mi esposa que se casara conmigo, y hace dos años compartimos Israel con nuestras hijas durante un año sabático. Es el lugar en el que los judíos, los cristianos y los musulmanes fueron llamados…fueron llamados a estar conectados unos con otros y a estar en relación con Dios. Es un lugar de profunda complejidad y desafío, y al mismo tiempo, un lugar de riqueza y fortaleza. Es más que un lugar. Es también un pueblo…un pueblo que lucha para traer más justicia al mundo. Israel significa “aquel que lucha con Dios”. Sé que necesito seguir retornando a esta sagrada lucha. Este próximo año se nos ordena dejar descansar la tierra – la tierra este año toma su año sabático. Cada vez que regreso aprendo cosas nuevas, conozco gente nueva y enfrento desafíos diferentes. Estoy bendecido por ser parte de un pueblo tan comprometido con retornar y hallar nuevas maneras de traer esperanza y paz al mundo. Nuestra labor aún no está hecha.
Bradley Solmsen es el Director de Norteamérica del Compromiso de la Juventud para la Union del Judaísmo Reformista. www.urj.org/youth
