Elul 25: La Música de las Tinieblas – Karyn Kedar

Fue a principios de septiembre. Mi marido y yo fuimos a una alta velocidad corriendo en coche alrededor de los valles y las montañas del Grand Tetons para captar una visión de la puesta del sol.

Con cinco minutos de sobra antes de que el rayito de luz se oscureciera, encontramos un lugar enclavado en un valle en el lado de la carretera  sin el que riesgo de que un  peñasco montañoso oscurezca nuestra visión. Simplemente el horizonte, la puesta del sol, y los majestuosos colores del milagro y reverencia.

Mientras mirábamos el espectáculo delante nuestro, oí un sonido que nunca había oído antes. Bajé la ventanilla del coche y vi a cientos de aves negras que habían llegado a anidar por la noche en un bosquecillo de árboles. Las aves eran apenas visibles a excepción de una danza que parecía la sombra de las alas y las hojas revoloteando contra el crepúsculo.

Fuera a la distancia, como si de la nada, apareció a la carrera un pájaro solitario en lo que parecía ser la velocidad de la luz hacia el bosque, para unirse a los otros. A medida que aterrizó en la copa de los árboles, los pájaros revoloteaban, subiendo y posándose hasta que todos dieron cabida al nuevo llegado y encontraron su lugar.

Así como los árboles, las hojas y los pájaros se convirtieron en simples siluetas oscuras contra el cielo ennegrecido, su sonido se hizo de alguna manera más fuerte. Y como el cielo se oscurecía cada vez más, la música trajo luz a mi alma.

Aves negras desapareciendo en los árboles durante la noche cantan una canción eterna, haciéndose eco de una verdad, una melodía que se olvida fácilmente. Incluso en la oscuridad hay música. Es lo que nos hace santos y buenos, morales y compasivos, llenos de vida, concientes y atentos.

Esa música es el sonido de nuestra humanidad rozando nuestra divinidad.

Enséñanos, Dios mío, cómo escuchar.


Karyn Cedar es una prolífica escritora y  rabina de la Congregación BJBE en Deerfield, Illinois. www.karynkedar.com