Introducción – Rabino David Wolpe

Nuestros sabios nos dicen que la primera vez que Adán vio el sol, estaba aterrorizado. Él había visto el día, pero nunca había experimentado la noche.

Dios se apiadó de él y le dio dos piedras que se rozen con el fin de crear el fuego. El nombre de una piedra era afela, oscuridad, y la otra mavet, muerte. Cuando surgió la chispa, Adán dijo: “Bendito sea el Creador de la luz”. De las tinieblas y la muerte el primer ser humano se dio cuenta de que podemos crear la luz.

En las Altas Fiestas repasamos sobre las dificultades e incluso las tragedias que nos han sucedido en el último año. Hemos perdido a seres queridos, hecho cosas que lamentamos, hemos sido afectados y entristecidos por la vida. Rosh Hashaná y Iom Kipur llegan para recordarnos que nuestra tarea en este mundo es encontrar una chispa para traer luz en las sombras.

“Trabajamos en la oscuridad- hacemos lo que podemos- damos lo que tenemos. La duda es nuestra pasión y nuestra pasión es nuestra tarea “, escribió el gran novelista Henry James. Todos trabajamos en la oscuridad, en medio de lo desconocido, incierto, pero si hacemos lo que podemos, nuestra pasión puede encender nuestras respectivas almas. La luz no borra la dificultad o la duda, o incluso la muerte. Sin embargo nos permite buscar la bendición: Bendito sea Dios, que nos otorgas la memoria, y nos das la luz.


David Wolpe tenía  en ell momento de escribir este artículo cerca de 18.000 seguidores en Facebook. Él es el rabino del Templo Sinaí en Los Angeles, California.  www.facebook.com/RabbiWolpe