Cuando de niña crecí en la mezquita más grande de California siempre me sentía bienvenida e incluida. Las mujeres estaban en la comisión directiva, mi hermana era la presidente del grupo juvenil, hombres y mujeres de todas las culturas rezaban juntos en el mismo espacio.
Una vez que dejé mi hogar y comencé a explorar las mezquitas de las afueras de California del Sur me di cuenta de que muchas de ellas no reflejaban el mismo sentido de comunidad que yo siempre había dado por sentado. Muchas mezquitas privilegiaban las prácticas culturales de aislamiento de las mujeres por sobre las prácticas islámicas de inclusión. Vi mujeres separadas de hombres por una cortina, detrás de una pared o rezando por completo en otra habitación. A menudo se me permitía ingresar al lugar luego de atenerme a la interpretación cultural que esa mezquita tenía acerca de la vestimenta islámica. Me sentí apartada de mi ummah (nación), del acceso al conocimiento y de la belleza de la diversidad de mi ummah. Fue difícil no internalizar esta desconexión en la casa de Dios como una falta de valía de mi conexión con Dios en su conjunto. Quería regresar al Islam de mi juventud.
Recién cuando estuve en el college, después de terminar de leer la traducción del Corán al inglés de Muhammad Asad, me sentí autorizada para exigir la inclusión. Ya nadie podría convencerme de que esas costumbres eran ordenadas por el Islam – mi prueba estaba en la Palabra de Dios. Pronto descubrí la rica historia de la participación de las mujeres musulmanas en la erudición y el liderazgo islámicos – más sorprendente aún, que el profeta Mahoma más de una vez instruyera a una mujer para que liderara una plegaria en una congregación mixta. Comencé a estudiar con una sheika y hafidtha mujer; y aprender de una autoridad religiosa femenina me inspiró más de lo que jamás lo había estado.
Al construir la primera Mezquita de Mujeres de EEUU mi sueño es crear un espacio seguro que estimule el liderazgo y la erudición de todas las mujeres musulmanas. Juntas podemos ayudar a regresar la ummah al día en el que las voces de las mujeres, sus perspectivas y experiencias eran valoradas tal como lo eran durante los primeros días del Islam- cuando nuestro amado Profeta defendía con uñas y dientes los derechos de las mujeres en el seno de su sociedad. Hacerlo sentir orgulloso restaurando la bella luz de nuestra ummah sería el mayor logro posible.
InshAllah, ese será el arte de retornar.
M. Hasna Maznavi es escritora y cineasta. Vive en Los Ángeles. Es fundadora de la Mezquita de Mujeres de América que se inaugurará en otoño de 2014.
