Elul 10: Reconciliación con la Edad – Samara Wolpe

El momento de mi llegada a la madurez fue el día en el que estuve de pie frente a varios miles de personas, la mayoría de las cuales me habían conocido desde la infancia, el día en el que di un discurso sobre la razón por la que estaba recaudando dinero para el cáncer. Cuando enfrenté a la multitud sentí una asombrosa sensación de “deja vu”. Había estado de pie sobre esta plataforma para mi bat mitzvá. Había visto como mi papá hacía de esta tarima su instrumento, de pie, permitiéndose filtrarse en cada rincón de la plataforma alfombrada hasta que había absorbido el espacio y con él a la audiencia.

La gente con frecuencia habla de torrentes de recuerdos pero para mí fue más bien como un suave goteo o una televisión titilante. Sentimientos vagos, recuerdos fragmentados e impresiones esfumadas se filtraban a través del micrófono en mi voz. Mientras hablaba, podía oír cómo los años recordados se filtraban en las palabras y cómo se saturaban de un enlace misterioso entre el pasado y el presente. Era una niña aterrada por la mortalidad de mis padres y revivía con cada leve reminiscencia el intenso horror que acompañaba a las palabras “cáncer” y “quimio”. Pero también era una adulta mirando a través de un par de binoculares hacia atrás de modo que todo se veía más pequeño e insignificante como si estuviera sucediendo en un mundo que no estaba relacionado conmigo.

Al cabo, el final del discurso tendió un puente que cerró la brecha. Terminé y miré a mis padres a los ojos. Ellos conocían las dos partes de mí: la niña asustada y la perpleja adolescente que trataba de encontrar sentido a tumultuosos años de caos y enfermedad

Para mí, la llegada a la madurez no consistió en despedir la niñez y abrazar la adultez. Consistió en fusionar ambas con gracia y entendimiento. Si bien sigo aprendiendo cómo hacerlo, sentí que este momento fue simbólico, y si no era la llegada a la madurez sin dudas era la reconciliación con la edad.

 

Samara Wolpe es estudiante de escuela secundaria y la Mujer Nacional de Leucemia & Linfoma del año 2014.