Elul 26: Una Lección de los Adolescentes LGBTQ – Idit Klein

El verano pasado, conocí a un grupo de adolescentes judíos lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, y raros (LGBTQ) en un Shabatón para la juventud LGBTQ. Cada adolescente describió la experiencia como “el primer lugar en el que sentí que podía ser a la vez extraño y judío, como si fuera una cosa normal”. Nunca olvidaré sus expresiones de alegría y de profundo alivio al encontrar una comunidad donde sencillamente podían ser como eran.

Los adolescentes compartieron la sensación de lo maravilloso que se siente el hecho de ser visto y comprendido en plenitud. Cuando en una comunidad puedes ser plenamente tú -reflexionaron- no te das cuenta de que estás siendo recibido e incluido; simplemente sientes que eres parte.

Su deseo de ser abrazados por sus comunidades de una manera natural y sencilla resume, a mi entender, lo que hace que construir una comunidad acogedora sea mucho más que un sistema o un conjunto de procedimientos. Seguramente, existen diferentes pasos que toda comunidad debe seguir a fin de tornarse inclusiva para las personas LGBTQ,  las personas de color, las personas con discapacidades, las personas pobres y de clase trabajadora, y otros grupos oprimidos. Pero una vez que modificamos las políticas e implementamos los programas, el proceso de cambio debe convertirse en un arte: imaginativo, inspirado, idiosincrático, orgánico.

Nadie quiere sentir el trabajo de ser bienvenido. En palabras de los adolescentes, todos queremos sentirnos normales y comprendidos, sin esfuerzo alguno. Para mí la verdadera inclusión llega tan hondo que a nadie se le ocurre imaginar el mundo de otra forma.


Idit Klein es directora ejecutiva de Keshet, una organización que promueve la defensa de los judíos gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.